"¿Cuál de mis fotos es mi fotografía preferida? Una que voy a hacer mañana.", de la fotógrafa Imogen Cunningham.

Esta cita habla de una mentalidad que deberíamos adoptar todas las personas que nos dedicamos a crear imágenes, nos habla de una forma de pensar que se basa en el avance, en la evolución y crecimiento constante, donde el proceso creativo es, en realidad, más importante que el resultado final. 

Un resultado cuyo cénit nunca llegará porque siempre deberíamos estar creciendo, siempre mejorando, siempre en movimiento.

Imogen Cunningham nos está diciendo que la obra favorita de cualquier fotógrafo, realmente, aún no se ha creado. Esta afirmación implica una continua exploración y experimentación, una búsqueda constante de nuevas formas de expresión y de nuevos puntos de vista. 

En lugar de quedarnos estancados en logros pasados, deberíamos abrazar la idea de que nuestro mejor trabajo siempre estará en el futuro. 

Lo que, si te paras a pensarlo, es muy inspirador.

Además, la frase de Imogen Cunningham resalta la importancia del proceso creativo en sí mismo. 

A menudo, tendemos a enfocarnos en los resultados finales, en las obras que ya hemos completado y mostrado a nuestro público. Sin embargo, Cunningham nos dice que deberíamos valorar el proceso de creación, tendríamos que apreciar más la emoción y lo que precede a la creación de algo nuevo. 

Esta actitud sugiere que la Fotografía es un viaje continuo, con cada obra damos un paso más en nuestro camino. Un recorrido del cuál no conocemos su final y menos aún su punto más alto.

La frase también la podríamos interpretar como una afirmación de la capacidad que tenemos todos los que realizamos tareas creativas para reinventarnos constantemente. 

Cunningham nos invita a crecer, aprender y adaptarnos. Ya que, nuestra mejor foto siempre está por llegar.