Ya sabrás lo mucho que me gusta esta especialización de la Fotografía que es el retrato, prácticamente una disciplina por sí misma, con sus "normas", características y peculiaridades.

Por eso me apetecía especialmente darle vueltas a esta frase de Paul Caponigro, un fotógrafo americano cuyo trabajo te invito a revisar porque te sorprenderá bastante (tanto el del padre como el del hijo, que se llaman igual) y no precisamente por sus retratos, ya que (Caponigro padre) hace más fotografía de naturaleza y paisaje.

El caso es que...

¿Qué tan bueno es un retrato?¿Cómo medimos su calidad? Quizás la respuesta está en esta cita sobre la que vamos a reflexionar...

“Una cosa es hacer una imagen de cómo se ve una persona, otra es hacer un retrato de quiénes son" de Paul Caponigro.

Caponigro nos llama la atención sobre la diferencia entre "simplemente" tomar una fotografía que refleje la apariencia externa de alguien y crear un retrato que profundice en quién es esa persona.

Es decir, un retrato puede captar rasgos físicos de una persona (o de un animal), pero un buen retrato es más profundo, ya que busca revelar la personalidad, las emociones y, quizás, parte de la historia que hay detrás de esa apariencia externa.

Creo que no te sorprenderás si te digo que hacer una fotografía de retrato "bonita" es fácil.

Es tan "sencillo" como buscarte un modelo bonito (mejor si sabe posar) y no fallar demasiado en cuanto a la iluminación y a la composición.

Pero...

¿Y si esa persona/animal no es especialmente agraciada?¿O es un trasto posando?¿O no encaja en los (para mí infames) cánones de belleza actuales?...

Ahí es un poco más complicado ¿verdad?

Pues es parte de la clave de una disciplina tan interesante y tan difícil como el retrato...

Un buen retrato no depende de la profesionalidad o belleza del modelo o del escenario. Depende en una enorme medida de la habilidad de quien está detrás de la cámara de fotos y su capacidad de conectar con el sujeto o de escudriñar a través de las primeras máscaras.

Fíjate en esta parte de la frase: "hacer un retrato de quiénes son".

Esa es la clave principal... un buen retrato implica una conexión entre el fotógrafo y el sujeto.

Cuando esa conexión ocurre, la fotografía se convierte en una forma de comunicación más profunda, donde el autor puede ver y mostrar lo que hace única a la persona (y todas las personas son únicas, te lo aseguro), su identidad, experiencias y emociones.

Esto va más allá de la "simple" representación del aspecto y se adentra en la capacidad de la fotografía para contar y transmitir.

La frase de Caponigro habla de la importancia de ir más allá de la superficie y buscar una comprensión más profunda de las personas que se fotografían. Caponigro nos invita a observar más, nos dice que no solo capturemos lo que está frente a nosotros, sino también lo que se esconde detrás de nuestras máscaras.

Un buen retrato muestra la apariencia física de alguien, sí, pero va más allá y cuenta (hasta cierto punto) quién es la persona que observas, te deja ver algo entre esas luces y sombras (físicas y mentales).

¿Tú qué opinas?¿Qué tan buenos son tus retratos?

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Un saludo y buena luz.