La vanidad se refiere a un excesivo orgullo o admiración exagerada de uno mismo, especialmente en relación con la apariencia física, logros personales o atributos personales. 

Pero ains, qué hedonistas somos los que nos dedicamos a algo parecido a hacer Arte...

Ya que un exceso de vanidad nos puede llevar a la arrogancia, la superficialidad y la falta de empatía hacia los demás.

Además de impedir reconocer las propias limitaciones, carencias y errores.

Es también importante tener en cuenta que la vanidad no siempre refleja la verdadera personalidad de una persona, ya que puede ser una mera fachada para ocultar inseguridades internas o una forma de compensar carencias emocionales.

Si es la vanidad y no nuestra objetividad la que "hace y analiza" nuestras propias fotos, es posible que sobrevaloremos nuestro trabajo y lo veamos de una manera exageradamente positiva. Esto puede llevar a una percepción sesgada de nuestras fotografías y dificultar una evaluación objetiva de su calidad real.

Al ser vanidosos al considerar nuestro trabajo, podríamos estar más inclinados a ver solo los aspectos positivos y a ignorar o minimizar los posibles fallos o posibles mejoras.

Todo esto puede limitar nuestra capacidad para aprender y crecer en la Fotografía, ya que es esencial ser capaz de reconocer los errores y debilidades para poder corregirlos y mejorar.

Además, la vanidad excesiva puede afectar nuestra capacidad para recibir y aprovechar críticas constructivas. Si nos sentimos demasiado orgullosos de nuestras fotografías, es posible que nos resulte difícil aceptar sugerencias o comentarios de otras personas, incluso cuando puedan ser útiles para nuestra formación y crecimiento.

Por otro lado, la vanidad si aprendemos a controlarla, podría ser una fuente de motivación para esforzarnos y mejorar. 

Siempre y cuando canalicemos esa vanidad hacia una búsqueda de perfeccionamiento y crecimiento, podría ser una fuerza positiva que nos impulse a alcanzar nuevos logros y metas en nuestro camino fotográfico.

Creo que es esencial mantener un equilibrio y ser honestos con nosotros mismos al analizar nuestras fotografías. 

Hemos de reconocer nuestros aciertos y logros, por supuesto, no debemos caer en el 'Sindrome del Impostor', pero también ser conscientes de nuestras áreas de mejora y estar dispuestos a aprender y crecer a partir de ellas. Escuchar las opiniones de otros, mantener la mente abierta a la crítica constructiva y continuar desafiándonos son claves para seguir desarrollándonos en la Fotografía y alcanzar nuestro máximo potencial creativo.