Rompiendo reglas - 01 - La regla de los tercios
julio 27, 2023Empiezo, como no podía ser de otro modo, hablando de la regla a la que más tirria tengo, la (para mí infame) regla de los tercios.
Por si no sabes de qué va la cosa, llevo varios artículos escribiendo sobre composición en Fotografía. Mi intención es que aprendamos de una vez por todas qué vale y qué no vale realmente para hacer mejores fotos.
Sobre todo quiero desmontar mitos y aportar verdaderas herramientas.
Este es el cuarto artículo de este ciclo, pero el primero en el que nos metemos de lleno en la faena de romper cosas. En la primera entrada trataba de explicar en qué consiste componer una fotografía, en la segunda explicaba las características de las fotos bien compuestas y la tercera me servía para introducirte la idea del poco sentido que tiene hablar de reglas compositivas.
Ahora sí vamos a empezar a romper reglas, a destruir ideas, para construir sobre esas ruinas un conocimiento realmente útil y práctico.
Comenzamos por...
La (infame) Regla de los Tercios
Esta es la primera porque es (quizás) las más conocida, utilizada y fácilmente asimilada de todas, pero también la que está rodeada de más mitos y la que más erróneamente se usa, tanto por los que la enseñan como por los que la aprenden. Además de que es la que más me ha chirriado desde que comencé a investigarla.
He de admitir que cuando volví a aprender Fotografía yo me la creí, acepté sin rechistar todo lo que se decía de ella, para qué servía, cuán eficaz era y qué efectos tenía.
Es más, la explicaba en los primeros cursos que impartí.
Hasta que ciertas pruebas sembraron la semilla de la duda que después, tras investigar y experimentar un poco, se convirtió en las certezas que hoy voy a intentar transmitirte.
Por supuesto, pon en duda todo lo que yo te diga, haz tus propias pruebas, replícame lo que quieras y llega a tus propias conclusiones... conclusiones que espero me cuentes en los comentarios de este artículo.
En qué consiste la Regla de los Tercios
No me voy a extender sobre ello, te voy a hacer un resumen, porque supongo que ya la conoces y porque me extiendo largo y tendido en otro artículo que se llama 'La (mal llamada) Regla de los Tercios'.
Obviamente no está relacionada con nada que se pueda pedir en un bar, ni con nada militar, los tiros (precisamente) van por otro lado.
Consiste en trazar unas líneas imaginarias en nuestro encuadre. Serían dos ejes verticales y otros dos horizontales, que dividen el encuadre en tres tanto horizontalmente como verticalmente.
Estos ejes se utilizan para para situar, coincidiendo con ellos, los elementos principales de nuestras fotografías.
Sujetos y horizontes son los que más habitualmente tratamos de hacer coincidir con esas líneas imaginarias porque , según dicen, son las zonas "correctas", que están fuera del centro (otra regla que romperemos es la de no centrar al sujeto) y no están cerca de los bordes del encuadre.
Además de esos ejes, tenemos las intersecciones de esas líneas...
Esos puntos donde se cruzan los ejes nos han dicho una y mil veces que son los puntos de mayor atracción visual, los "puntos de mayor interés", las zonas con "más fuerza", los sitios del encuadre donde debemos situar los elementos principales, porque son los centros de atención de la mirada de cualquiera.
Algo así...
Ok, sabiendo todo esto y viendo la gran mayoría de fotos que nos ponen de ejemplo para demostrar la eficacia de la 'Regla de los Tercios', no habría por qué ponerlo en duda.... Nos han enseñado que la manera correcta de componer es usando esta regla como referencia.
Joer, si hasta en la gran mayoría de cámaras de fotos muestran estas guías superpuestas en nuestro visor o pantalla.
Yo he llegado a ver cómo un miembro de un jurado en un concurso decía "esta foto la descartamos porque no cumple la regla de los tercios" o a otro decir "esta fotografía está muy bien compuesta porque cumple la regla de los tercios".
Pues ahora llego yo y te digo que la mayoría de las afirmaciones sobre esta regla son falsas.
No todas las afirmaciones son erróneas, ya te adelanto que puede ser un recurso útil en ciertas situaciones... pero no en todas las situaciones. Yo la llamo "los ruedines de bicicleta de la composición" (después te explico por qué).
No tienes por qué situar obligatoriamente los elementos en esos ejes, ni las intersecciones son los puntos de interés de cualquier imagen, ni usar esta regla hace que tu foto mejore, ni no utilizarla provoca que hayas realizado una mala composición.
Así que, vamos a romperla...
Su relación con la proporción áurea
Uno de los motivos por los que se defiende a capa y espada la eficacia de la 'Regla de los Tercios' es su relación con la 'Proporción Áurea'.
Dicen que los tercios son una simplificación de la proporción áurea, que ambas coinciden en muchas de sus características y propiedades.
No me quiero adelantar, así que no me voy a extender mucho en este punto, pero que sepas que la próxima "regla" que vamos a "romper" es la del uso de la 'Proporción Áurea' (o Proporción Dorada o número Áureo o Número Phi o espiral dorada o comoquierasllamarla). Te adelanto que esta "mágica proporción" se acerca más a truco de trilero que a hechizo y que es más inútil aún que la regla de los tercios y mucho menos práctica.
Pero ya llegaremos a eso, ahora tan solo voy mostrarte que no se corresponden...
Vamos a hacer un experimento
Este experimento lo ideé yo haciendo pruebas con varias personas al estudiar sobre las atracciones visuales. Lo suelo usar en mis cursos presenciales de Fotografía, en los cursos online y en las charlas, cuando se me pide o surge, aunque el experimento completo es más extenso que lo que te voy a mostrar aquí, creo que este resumen es suficiente para que empieces a "romper" con la regla de los tercios.
Vamos a ello....
Observa la siguiente imagen... No, no hay ningún error, es una imagen totalmente lisa de color gris...
Al mirarla... ¿a dónde se te dirige la vista?¿A algún sitio en concreto?¿A los supuestos tercios?...
No, si analizas un poco, te darás cuenta de que no nos paramos en ninguna zona de la imagen porque no hay nada en lo que pararse.
Quizás tu vista se vaya a las esquinas porque son los límites de la imagen. Quizás se vaya al centro, porque la zona central sí es una verdadera zona que potencia el interés, pero de eso te hablaré en una de las próximas entregas de esta serie.
Ahora observa la siguiente imagen...
¿Esta vez la mirada se te ha ido a algún sitio en concreto?¿Quizás al único elemento que contiene?
Fíjate, lo único que destaca es ese punto negro, así que la vista se te va hacia él, es lo que más llama tu atención. Ese elemento no cumple la regla de los tercios, aún así su poder de atracción visual es indiscutible.
Seguimos... Mira esta imagen:
Ahora hay varios elementos, incluso dos de ellos coinciden con las intersecciones de la regla de los tercios y aún así ninguno es el elemento que más llama tu atención. El que atrae tu mirada, el sujeto al que siempre vuelves, es ese punto rojo.
Esto ocurre porque el color (y más el rojo) tienen mucho poder atracción visual.
Vamos a seguir un poco más... Mira ahora esta:
Ahora tenemos una imagen llena de elementos, no solo unos pocos.
Supongo que tu vista recorrerá aleatoriamente los números, sin pararse en ninguno en concreto, a no ser que sea un número especial para ti (por el motivo que sea), pero desde luego no te paras en los que coinciden con la regla de los tercios.
Pero ahora...
No tengo dudas de que el número que más te llama la atención es el 22... y eso a pesar de que es el 33 el más cercano a una intersección de los tercios.
Y ahora un poco más difícil...
Estoy seguro de que, aunque hayas tardado un poco más que antes, tu vista acabará dirigiéndose y parándose en el número 50... Es el diferente, aunque se parezca mucho al resto... y no está ni en la intersección ni en los ejes de los tercios.
¿No se te empieza a abrir un poco la mente?¿No ha sonado un click en tu cabeza?
Porque a mí sí me resonó cuando me di cuenta de que por sí solos los ejes y las intersecciones de la regla de los tercios no tienen ningún tipo de poder sobre nuestra percepción. Lo que atrae nuestra mirada no es una zona de la imagen donde situemos algo, excepto en el centro, ningún elemento cobra importancia o nos llama más la atención por hacerlo coincidir con una zona.
Lo que atrae nuestra mirada, lo que nos llama la atención, lo que hace que un sujeto sea más importante que otro, son las características propias de ese sujeto, sus cualidades, su contraste, su color, etc...
No te voy a explicar aquí y ahora cada uno de los recursos que están muy por encima de esa infame regla de los tercios porque escribí un artículo que se titula '10 recursos compositivos que anulan la regla de los tercios' (creo que está bastante claro lo que te puedes encontrar en él), te invito a leerlo cuando acabes con este.
Prefiero continuar desmontando un poco más la regla de los tercios.
Otro experimento...
Este experimento es mucho más corto, aunque en mis clases pongo más fotos de ejemplo, con esta muestra creo que me entenderás.
Ya me has leído decir que la atracción visual de un elemento depende de sus propias características y no de dónde lo situemos.
Pues te lo voy a demostrar. Mira la siguiente fotografía:
Creo que no hay muchas dudas de que nuestra vista se dirige a uno de los ojos de la niña (mi pecosilla), "curiosamente" al ojo que coincide con la intersección de los tercios.
Así que podríamos decir que aquí la regla se cumple, la intersección hace que ese ojo sea el punto de interés... mmmm... Pues no...
Mira la siguiente fotografía:
Es la misma, pero con otro encuadre.
Creo que, de nuevo, no hay dudas de que nuestra mirada se va a uno de los ojos, al mismo que antes... pero en esta ocasión no coincide con la intersección de los tercios. De hecho es el otro ojo, el que sí que coincide, aún así es incapaz de competir con la atracción visual del más nítido.
¡Ojo! (precisamente) hay un elemento que no nos llama más la atención por coincidir con una intersección, si no por ser el más nítido, por tener unas características que lo hacen mas atrayente. Daría igual en qué zona del encuadre estuviese, seguiría siendo el elemento más llamativo.
Uno de los factores que atraen nuestra mirada, por encima de la regla de los tercios, es la nitidez.
¿Hemos terminado ya de romper con esta regla? Dime tu opinión en los comentarios.
Quizás ahora te estás preguntando...
¿De dónde viene la 'Regla de los Tercios'?
Pues el origen de la 'Regla de los Tercios' y las afirmaciones sobre ella son bastante inciertos.
Pero no es algo que me sorprenda... no sé si conoces la historia sobre Ricky Martin, un armario, un perro y un bote de nocilla... yo tengo una amiga que decía haber visto el vídeo... un vídeo y una historia que no es real, nunca han existido.
Conozcas o no esa historia, seguro que sabes que los rumores, las fakes news y los mitos se extienden como la pólvora en nuestra sociedad.
Aún así hay varios posibles orígenes de la 'Regla de los Tercios' en Fotografía.
Para empezar te diré que no es cierto que la usen muchos artistas en la historia del Arte.
Yo he estudiado Bellas Artes y jamás escuché ni estudié nada sobre ella hasta la segunda vez que aprendí Fotografía y me empecé a interesar por la composición. Sí es cierto que para empezar a pintar o dibujar muchas veces se divide en zonas el soporte, pero normalmente en 4 zonas y tan solo para tener referencias de dónde están el centro y las mitades, nunca para encontrar los puntos de interés.
Ratio del rostro, por Ingeborg Bernhard (Schnorch) |
También se suele dividir en tres el rostro, el cuerpo y otros elementos para esbozar. Pero de nuevo no es para encontrar líneas de fuerza o puntos de interés, sino porque es relativamente fácil ver bien las distancias entre los elementos que estás copiando sirviéndote de esas guías... pero en Fotografía no dibujamos, ya lo tenemos todo dibujado 😅, las proporciones y distancias son las que son.
Bueno, no te voy a dar ahora una clase de dibujo.
El caso es que los orígenes de la dichosa 'Regla de los Tercios' podrían ser:
- John Thomas Smith (1766–1833)
Él hablaba de una proporción entre la cantidad de cielo, tierra y agua que podría tener un paisaje para ser equilibrado en cuanto a la presencia de esos tres elementos. - George Field (1777-1854)
Habla de la proporción entre la cantidad de colores cálidos y colores fríos que añadir a una pintura para que haya algún tipo de equilibrio entre ellos.
En estos dos casos, como has leído no se habla de centros de interés, ni fuerzas, ni ejes, ni nada parecido, si no de proporciones en cuanto a cantidad para crear equilibrios. Pero en ambos casos, en sus publicaciones, ambos autores ponen en duda la eficacia y realidad de sus afirmaciones.
Otro posible origen se remonta a un fotógrafo de principios del silo XX, Henry Peach Robinson.
En su libro 'Pictorial Effect in Photography' publicado en 1869, habla de la división del encuadre en tercios como posible simplificación de las divisiones correspondientes a la Proporción Áurea... y bueno, ya te he demostrado más arriba lo poco que coinciden y en el próximo artículo te hablaré de la inutilidad de esta proporción en nuestra disciplina.
El caso es que no se sabe exactamente cómo, la 'Regla de los tercios' se convirtió en un principio ampliamente utilizado y enseñado en la formación fotográfica y cinematográfica, pero no en otras artes (esto es significativo).
Hoy en día está considerada por muchos una de las reglas básicas de composición...
Y ya sabes lo que opino yo de las reglas en composición en general y de la regla de los tercios en particular.
Pero bueno, no es un recurso totalmente inútil (la proporción áurea es más inútil), de hecho...
Para lo que sí vale la 'Regla de los Tercios'
Ya te digo que si no nos obsesionamos con ella puede ser útil en ciertos casos, no en todos, ni de lejos, pero sí en algunos. Por eso me empeño en no llamarlas "reglas" si no "recursos".
Por ejemplo es útil para "sacar" los elementos del centro.
Si no queremos, por el motivo que sea, centrar un elemento (que ya te digo que no es nada negativo), podemos usar de referencia cualquiera de los ejes o las intersecciones.
Son una referencia rápida porque los solemos tener dibujados en nuestro visor o pantalla y, aunque no los tuviéramos, son relativamente fáciles de imaginar.
Aunque no es en absoluto necesario ser precisos.
Otra utilidad es la de tomarlos como referencia para no acercar demasiado al borde los elementos.
Pero aquí es mucho menos eficaz, ya que al usar los ejes de esa manera los sujetos quedan muy desangelados, como en tierra de nadie. Opino que hay que ser un poco más atrevido en esas ocasiones y jugar con las tensiones, los ritmos y las distancias. Pero eso da para otro artículo.
También puede ser una referencia rápida para oponer elementos...
Pero de nuevo, me ocurre lo mismo, no es la opción más atractiva ni la que mejor funciona, creo que hay que ser un poco más atrevidos en estos casos, en breve te cuento por qué.
Y siempre has de tener en cuenta que forzar la composición a encajar en esta regla a menudo da como resultado desequilibrios, zonas y sujetos sin interés ocupando encuadre y elementos robando protagonismo.
También podría pasar que nos "obligase" a cortar elementos con los bordes del encuadre de formar inapropiada o que podría parecer un descuido.
Como te dije antes, yo la considero...
Los ruedines de bicicleta de la composición
Cuando aprendemos a montar en bici, en muchas ocasiones, nuestros padres les ponen ruedines... lógico, los niños son un puñetero peligro sobre dos patas, más aún sobre dos ruedas.
Con ellos, aprendemos cómo mover los pedales y avanzar, nos sentimos seguros porque hay menos posibilidades de caernos, aunque nos cuesta un poco más girar en curvas cerradas y nos limitan en cuanto a velocidad y posibilidades en general.
Así que llega un momento en que nos desprendemos de ellos... Y ocurre la magia...
Es entonces cuando empezamos a disfrutar de verdad de la bicicleta y de todo lo que podemos hacer con ella. La sensación de libertad es enorme.
Claro que al principio nos podemos sentir un poco inseguros, pero no hay duda de que los que amamos movernos en bicicleta jamás usaríamos ruedines, jamás querríamos volver a usarlos una vez que nos desprendiéramos de ellos y sintiéramos esa sensación de libertad.
Pues lo mismo con la 'Regla de los Tercios'...
Está bien aprenderla al principio, porque es fácil de recordar y de asimilar. Es un recurso rápido y que nos puede resolver los casos en los que tenemos ciertos tipos de dudas.
Al principio.
Cuando somos muy, muy novatos en esto de hacer fotos.
Pero en algún momento tenemos que desprendernos de ella.
Hay vida más allá de esta regla y ocurren cosas maravillosas en composición cuando no nos ceñimos a este encorsetado recurso.
Vamos a dejar de pensar en tercios y más en distancias, relaciones, interacciones, equilibrios y desequilibrios, ritmos, yuxtaposiciones y un largo etcétera de recursos mucho más expresivos, útiles y eficaces que la regla de los tercios para poder contar, mostrar, ocultar y expresar lo que queramos.
Échale una lectura a mi artículo 'Las Leyes de la Gestalt en Fotografía' y aprenderás cómo funciona realmente parte de nuestra percepción y, por lo tanto, la composición.
Despréndete de reglas.
Empieza a sentir esa libertad al componer, como cuando montamos en bici (pero sin ruedines).
Me encantaría saber tu opinión sobre todo esto que te he explicado, te invito a contármelo en los comentarios.
Te recuerdo que este es el primer artículo de un ciclo en el que vamos a romper muchas cosas, para construir conocimientos sólidos sobre las ruinas. Para empezar a aprender de una vez por todas qué vale y qué no vale realmente para hacer mejores fotos.
Para aprender de verdad composición en Fotografía.
No te olvides de compartir en tus redes sociales si te ha gustado lo que has leído y aprendido.
Y si crees que lo de hoy lo merece, puedes invitarme a un café para ayudarme a mantener todo esto en marcha...
Un saludo y buena luz.
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