Garu, mi mejor amigo
agosto 26, 2020He tenido varios animales de compañía en mi familia, perros, gatos, hamsters, hurones... pero ninguno de ellos fue tan especial como Garu, un perro de la raza Golden Retriever que llegó hace casi 16 años a nuestras vidas y se marchó este agosto de esta mierda de año que está siendo 2.020.
Tuve que tomar yo, como su humano, la decisión de dejarlo marchar, durmiéndolo para que ya nunca despertara.
Se merecía descansar, pero la tristeza que me ha producido esta pérdida no la había sentido en mucho tiempo. El vacío que deja es tan inmenso como la felicidad que nos regaló mientras vivía. Desde que se marchó, y mientras escribo estas líneas, se me hace un nudo en la garganta y las lágrimas emborronan mi vista cada vez que pronuncio su nombre o en cada ocasión que algo me recuerda a él... en 16 años ha dado tiempo a que muchas cosas me recuerden a él.
Casi todo me lo trae a la memoria porque, casi sin darme cuenta, estaba ahí siempre, apoyándome y cuidándome en silencio.
Llegó a nuestras vidas en noviembre de 2.004, como "regalo" para Dafne. Ella quería un perro y yo convencí a Maika de comprarlo, lo pagaría con mis ahorros y la raza la elegiría yo (sabía que en algún momento tendría que hacerme cargo de él porque Dafne era muy joven).
Me hubiera gustado llamarlo Corso, era como siempre había querido ponerle a alguna de mis mascotas (ahora es el nombre de mi gato), pero Dafne merecía elegir el nombre y le puso Garu, que al parecer es como se llama un personaje de animación, también significa lobo en algún idioma oriental... aunque Garu de lobo tenía poco, más bien de cordero. Quizás debería haberse llamado Marlboro o algo así, ya que lo pagué con el dinero que ahorré después de haber dejado de fumar.
Era muy inteligente, aprendía en muy poco tiempo cualquier cosa que yo quisiera enseñarle, saltar, saludar, sentarse... y también algunas que no quería que aprendiera, como abrir el cubo de basura para comer los restos o subir hasta la encimera para comerse lo que hubiera... era muy glotón.
Era fuerte y ágil, se recorrió conmigo cada centímetro de monte de Ceuta. Era una gozada verle correr, no es que corriese como el viento, es que él era el viento. Ese rápido y suave que te alborota el pelo.
Pero sobre todo era pura amistad, lo más sincero y noble que se puede tener como amigo.
Sin recovecos, sin dobles intenciones, totalmente incondicional, nada de palabrería, todo actos.
No me cabe duda de que él fue mejor perro conmigo que yo humano con él. Yo le fallé suficientes veces como para ahora sentirme culpable y él me falló tan pocas ocasiones que las únicas que recuerdo no eran ni siquiera culpa suya. Garu era pura bondad, sin maldad ninguna. Era bueno hasta el borde de la tontería, noble e inocente, confiado y amable.
Y ya no está, al menos no físicamente.
Echo de menos su pelo. Ya no puedo acariciarlo y me encantaba y le encantaba, debería haberlo hecho más veces. Mira que me molestaba tener la casa llena de pelos y ahora me duele el pecho cada vez que paso paso la aspiradora. Su pelaje era muy clarito, casi blanco. A veces parecía que brillaba... O quizás era así, quizás era la luz que tenía dentro, queriendo escapar a través de su pelo e iluminarnos a todos.
Echo de menos su olor. Ya no puedo olerlo, era olor a vida, a energía, incluso cuando estaba sucio y me molestaba suficiente como para tener que bañarlo de nuevo... ahora me doy cuenta de que no molestaba tanto y que hay pocos olores más puros.
Echo de menos su sonrisa. Porque Garu sonreía, diga lo que diga mi esposa. No era una mueca, no lo hacía siempre ni a todo el mundo. Solo cuando alguien en quien confiaba le hablaba o lo acariciaba...y se le iba cuando paraba... justo antes de insistir con el hocico para que continuara.
Su ausencia es dolorosa, la casa me parece tristemente desamparada. Es una sensación muy extraña, siempre estoy apunto de verlo, esperando oírle, sentirle, pero no está. Miro hacia donde se tumbaba y no lo veo. Ya no hay nadie acostado a mi lado mientras trabajo en mi ordenador, nadie quien me pegue un ladrido porque ha llegado la hora del paseo.
Ya no puedo pasearlo. A veces deseé no tener que hacerlo, estaba ocupado o cansado o tenía otras cosas que creía mejores que hacer... y ahora desearía poder pasear con él a todas horas... debería haberlo hecho más a menudo.
Le encantaba que lo llevara a la playa, disfrutaba del agua como nadie, saltaba a ella sin dudarlo, nadaba, salía y otra vez para dentro, era realmente refrescante verlo. En su último día en el mundo lo llevé a la cala que hay bajo mi casa, tuve que bajarlo en brazos por una cuesta de un centenar de metros y luego subirlo, tuve que hacer varias paradas... pero ahora me doy cuenta de que no costaba tanto. Lo bañé, siempre sujetándolo, porque le era difícil mantener el equilibrio y nadar, ya apenas podía mantenerse en pie. Pero disfrutó como un niño, lo veía feliz como hacía semanas que no lo estaba. Tendría que haberle dado más momentos como ese, se merecía cientos. Si existe la reencarnación, ojalá se transforme en algún animal marino, pero no antes de que los humanos hayamos aprendido a cuidar del mar.
Es por él por lo que odio los petardos y los fuegos artificiales, le aterrorizaban, lo pasaba fatal, hasta el punto de que alguna vez se hizo daño tratando de esconderse de esa manía de los humanos de destruir cosas. Él me hizo comprender que no dañas lo que amas, no haces sufrir a quien quieres y tratas de evitarle por todos los medios cualquier tipo de sufrimiento. Incluso cuando la única salida es quitarle la vida lo haces de la forma más apacible para tu amigo. Por eso no me creo a los taurinos, son lo equivalente a maltratadores, pero con la diferencia de que la mujer, como ser humano, al menos tiene cierta elección, la posibilidad de huir y de tener rencor.
No aprendemos, los humanos no escarmentamos. Perdemos el norte y desordenamos nuestras prioridades.
Entre las muchas cosas que aprendí de él está el que debemos disfrutar del presente como si fuera el primer y único tiempo que existe, no hay que dejar nada para mas tarde, porque puede ser que no lo haya. Que yendo despacito también se llega a cualquier parte. Que las cosas se demuestran con hechos, no son necesarias las palabras. Que la verdadera amistad perdona siempre y olvida pronto. Que siempre hay tiempo para pasear. Que lo realmente importante es estar con quien amas y te cuida. Que todo lo demás puede esperar. Que se necesita muy poco para ser realmente feliz...
Qué poco necesitaba Garu para ser feliz... compañía, paseos, caricias. No le importaba estar aburrido, siempre que se aburriese a mi lado. No necesitaba romper el silencio con palabras vacías, lo llenaba tan sólo con su mirada.
Echo de menos hablar con él, porque le hablaba cuando estábamos solos... y aunque no me entendiese, me comprendía.
Estoy deseando soñar alguna vez con él, porque siempre estará vivo en mi recuerdo y en mis fotografías, pero las imágenes sólo me permiten verle, sólo eso. En los sueños además puedes escuchar, oler y acariciar.
Me gusta pensar que, de alguna manera, en algún momento, nos reuniremos de nuevo, quizás es como dicen y él está al otro lado del arco iris, esperando a que termine mi trabajo, el que sea que haya venido yo hacer aquí, y que en un futuro llegue la hora de volver a darnos esas largas caminatas que nos dábamos cuando estaba joven, ágil y fuerte, porque ya no le duele nada. Me acuerdo mucho de mi padre, que no llegó a conocerlo, me gusta imaginar que ahora están juntos, que se entienden, seguro que se hubieran llevado genial, y que Garu le está hablando de todo lo que hemos vivido y de lo feliz que nos hizo a toda la familia.
Ya sabrás que soy ateo, pero si yo estuviera equivocado y existiera el cielo, los perros deberían poder entrar los primeros y Garu sería quien les abriera las puertas.
Porque Garu era el mejor amigo del mundo...
33 comentarios
Amigo que puedo decir.
ResponderEliminarPor desgracia conozco esta sensación, la de perder a un perro que deja de ser un simple animal y pasa a ser un miembro más de tu familia. Aun hay veces que echo de menos a mi perrita aunque hayan pasado 8 años desde que se fuera. Más aún teniendo en cuenta que la recogi abandonada y apaleada.
De lo que diga poco puede servir para consolar en estos momentos. Pero que sepas que aquí tienes a un amigo y que os mando a todos mi mayor abrazo y el más afectuoso.
Y precioso homenaje. Garu se puede ir al otro lado feliz sabiendo que ha tenido la mejor de las compañías en su vida
Muchas gracias por tus palabras, amigo mío.
Eliminar¡Precioso homenaje Carlos! Garu estará orgulloso de ello.
ResponderEliminarGracias
EliminarAmigos de verdad en la vida hay pocos, siento tu perdida, mucho animo Carlos.
ResponderEliminarCarlos, no te conozco, pero leyendo tu texto doy por hecho de que eres una maravillosa persona, de las q verdaderamente merece la pena conocer, de las que estando destinados a sembrar más amor, cariño y ternura en este mundo a veces tan cruel y egoísta. Y la vida lo sabe por eso nos hacen esos maravillosos regalos caninos. Comparto contigo muchos sentimientos y sensaciones al tener un alma tan pura en nuestras vidas, yo por suerte aún puedo disfrutar de ella, en mi caso se llama Lala y voy a tener muy presente tus palabras y disfrutar de ella al máximo. Vienen a enseñarnos tantas cosas, q no somos conscientes hasta q se han ido. Aquí tienes un amigo y si algún día vienes por Ámsterdam aquí tienes tu casa. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras! Un abrazo enorme para ti y otro para Lala!
EliminarGracias Carlos por compartir la historia de Garu. Seguro que él está pensando lo mismo de ti y de tu familia, SU familia, la de Garu. La mejor que pudo tener.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Muchas gracias Óscar, lo echamos mucho de menos, era un ser muy especial. Sé que en algún momento esta tristeza se transformará en buenos recuerdos, pero ahora duele en el alma. Un abrazo para ti también.
EliminarLa mejor expresión de la amistad y el cariño, el recuerdo permanecerá.
ResponderEliminarGracias. Sabemos que la tristeza se convertirá en buenos recuerdos. Pero ahora estamos devastados. Se agradecen tus palabras.
EliminarGracias Carlos por hacernos partícipes de esa historia tan bonita que has plasmado en tu artículo.
ResponderEliminarGaru y tú, os merecéis lo mejor (sólo puedo hablar en presente)
Un fuerte abrazo, mucho ánimo, fortaleza y a tú disposición para lo que precises.
Gracias por tu apoyo. Garu era un ser muy especial y es lo mínimo que se merece, nos costará mucho superar su pérdida, pero sé que lo recordaremos siempre con amor y con la felicidad que nos regaló.
EliminarGrande Carlos, un abrazo fuerte!!!
ResponderEliminarGracias! Otro abrazo enorme para ti!
EliminarPrecioso homenaje. Por desgracia conozco cada una de las sensaciones de las que hablas en tu artículo porque los perros han sido mi vida desde pequeña. Ahora tengo 7 . Si te sirve de ayuda y consuelo a mi me ha ayudado el tener otro perro no lo va a sustituir en absoluto pero todo ese amor y sentimientos arrancados del alma se apaciguan. Los humanos también tenemos la capacidad de dar amor a tope si nos dejan. Cuídate mucho. Y un beso al resto de la familia que seguro también lo están pasando mal. 😍😍😘😘😘
ResponderEliminarGracias por tus palabras y tu apoyo. Garu era muy especial para nosotros, sabemos que con el tiempo esta tristeza se convertirá en los buenos recuerdos que nos ha dejado y siempre lo recordaremos con amor. Un abrazo enorme.
EliminarCarlos, me ha emocionado leer tu homenaje. Aún tengo lágrimas en los ojos. Por suerte o por desgracia, me ha pasado con mis dos perros anteriores, Godo (un magnífico pastor alemán) y Pelusa (un travieso perro mestizo que era la alegría de la casa). No he llorado más en mi vida, que cuando tuve que dormir a ambos, así que te entiendo totalmente. Ahora tengo otra, ya también con sus añitos, y que es también nuestra gran compañera. Espero me dure muchos años más. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu apoyo y por tus palabras. Nosotros echamos mucho en falta a Garu, la tristeza es enorme y a mi también me pasa que jamás había llorado tanto y tan a menudo en mi vida. Pero sé que dentro de un tiempo la tristeza pasará y dará lugar a los buenos recuerdos felices que nos dejó.
EliminarEs un homenaje encantador desde donde el este te estará muy agradecido por todo el cariño que le habeis dado y el os dio yo tengo un labrador retriever de 12 años ya no esta muy bien es parecido al vuestro cariñoso bueno en fin un pedazo de pan y nos pasara lo mismo que a vosotros. Mucho animo(son mejores que la mayoría de los humanos)
ResponderEliminarSin duda están muy por encima de los humanos, son pura bondad, lealtad y amor incondicional. Tenemos mucho que aprender de ellos. Además Garu era especialmente especial, le echamos muchísimo de menos. Cuida mucho a tu labrador y dale mucho cariño, son los seres que más lo merecen. Un abrazo enorme.
EliminarHermoso homenaje a un amigazo!!! Quienes tuvimos y tenemos mascotas sabemos que se siente cuando parten, ese vacío imposible de completar y una tristeza que genera frío en pleno verano. Ojalá puedan sobreponerse y recordarlo siempre con el corazón palpitando fuerte en reconocimiento del amor que se han brindado mutuamente. Abrazo desde Argentina.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, nos repondremos aunque ahora estamos desconsolados. Sabemos que acabaremos recordando a Garu con mucho amor y alegría, toda la que nos regaló en vida. Un abrazo!!
EliminarMe ha encantado el homenaje Carlos .. ha vivido muy feliz con vosotros no cabe duda, y el amor ha sido mutuo y correspondido querido amigo .. ya viste la foto de mi Cuper .. esta con nosotros pero es de mi hijo Cristian, no quiero encariñarme mucho porque se que el dia que no este me pasara lo que a ti .. lo estoy mirando ahora tumbado junto a mi esposa, de vez en cuando la mira como con amor, y pienso en ti Carlos .. Mucho animo para ti y toda la familia, se ha ido feliz no me cabe duda al paraiso de los perros, como tu dices muy bonito mas alla del Arco Iris del amor que le habeis dado y que el os ha dado tambien con creces ..
ResponderEliminarGracias Jota, ese homenaje era lo mínimo que se merecía Garu, era un ser muy especial y nos ha dejado muy vacíos a todos. Nos repondremos y lo recordaremos con alegría y cariño, pero ahora estamos muy tristes, lo echamos mucho de menos. Aprovecha el tiempo con Cuper, no te arrepentirás. Un abrazo enorme amigo!
EliminarLamento vuestra pérdida. Un homenaje muy bonito.
ResponderEliminarVaya, lo siento. Sé lo mal que se pasa en ese trance. Mucho ánimo para ti y tu familia!
ResponderEliminarPor cierto, muy buenos los retratos de Garu. Eres un artistazo y un gran retratista.
Un abrazo
Gracias por tus palabras Xavier.
EliminarEs el mejor homenaje que he visto dedicado al mejor amigo, he pasado por esta experiencia y esto me ha revivido y como dices lo he leído y visto con un nudo en la garganta
ResponderEliminarMuchas gracias, Garu fue muy especial para nosotros, este homenaje es lo mínimo que se merecía.
EliminarAmigo han pasado 2 años de la perdida de mi amigo "panda " y aunque me regalaron un nuevo amigo para poder "olvidarle " ,no puedo olvidar a aquel perro, que fue compañero de tantas aventuras y me quiso tanto .
ResponderEliminarHoy veo tu homenaje y me lleno de pena el saber que no tengo mas que algunas fotos y recuerdos de mi "panda".
Espero que con tiempo puedas reponerte de tremenda perdida y si alguna vez tienes otro amigo ,(como lo tengo yo) ,quiérelo de igual forma y piensa que tu Garu estará agradecido de que compartas tu cariño con otro colega, el que a lo mejor necesita cariño y un nuevo amigo .
Chao amigo
Siento lo de tu amigo. En mi caso, por el momento, no tengo ánimo para empezar otra amistad con un nuevo compañero de cuatro patas, quizás más adelante. Garu fue muy especial y la tristeza por su pérdida ha sido tan grande que temo tener que pasar otra vez por algo parecido.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
Siento mucho la pérdida de tu amigo, se ve que vivió grandes momentos contigo, se ve que también era el mejor perro del mundo. Un abrazo.
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