Los elementos más básicos en composición son el punto, la línea y la forma. Hoy nos vamos a parar en las líneas. El punto y la forma las dejamos para otro día.

Si hacemos caso al señor Vasili Kandiski (que de composición sabía mucho) en su libro "Punto y línea sobre plano" nos cuenta (entre otras cosas) que un punto es una línea potencial, que varios puntos crean una línea y que varias líneas crean un plano (o una forma).

Así las líneas pueden ser perfectamente visibles o figuradas (uniendo visualmente varios puntos) o también ser parte de una forma.

Además cuanto mayor sea su grosor pueden poseer más fuerza o transmitirnos con más intensidad su mensaje (como ahora que estoy escribiendo en negrita). También todo lo contrario, cuanto más finas, más débiles son o con más debilidad nos transmiten lo que sea que transmitan.

A la hora de componer usando líneas, no sólo se nos envía un mensaje, también si éstas atraviesan todo el encuadre lo dividen en zonas, pero si sólo ocupan una parte lo que hacen es guiarnos la vista y el orden de "lectura".

Es la función de dirigir la mirada la que con más frecuencia se busca al usarlas en una fotografía. Normalmente queremos apoyarnos en ellas para que el espectador de nuestras imágenes las sigan hasta un punto concreto del encuadre, idealmente hasta el sujeto principal, el protagonista de nuestra obra.

Después de esta pequeña introducción y de haberte contado rasgos generales de las líneas, vamos a ver sus diferentes tipos y qué nos transmiten o cómo nos ayudan en nuestra composición.

Líneas horizontales

Nuestro mundo es horizontal (al menos a simple vista), todo se distribuye horizontalmente. Cuando dormimos, nos ponemos en horizontal, cuando queremos asegurarnos de que algo no se caiga lo tumbamos (lo ponemos en horizontal). Si te pido que te imagines una escenario relajante quizás pienses en un paisaje de mar abierto con un infinito horizonte despejado.


Con todo esto supongo que ya te habrás hecho una idea de lo que las líneas horizontales nos pueden transmitir... Sí, son las que expresan más tranquilidad y estabilidad. Además dirigen la mirada (normalmente) de izquierda a derecha, es decir, en el sentido de nuestra escritura... bueno eso en occidente, en oriente es al revés.


Es habitual incluirla en nuestra fotografía de paisajes, puesto que siempre la tenemos presente en el horizonte y nos divide el escenario en dos, el terreno y el cielo o zona inferior contra superior.

Líneas verticales

Casi todo lo que crece lo hace verticalmente, los árboles, las flores, las personas, etc. También los edificios, farolas, señales, postes, son elementos principalmente verticales. Por otro lado todo lo que cae lo hace más o menos verticalmente hacia abajo.


Así que, consecuentemente, las líneas verticales nos transmiten crecimiento, altura, gravedad. Pero también son más dinámicas e inestables que las horizontales.

Para que veas la relación imagina un palo puesto en equilibrio en vertical, en cualquier momento podría caer. En cuanto al dinamismo, pues pasa lo contrario que con las horizontales, si cuando dormimos nos tumbamos, cuando estamos activos, habitualmente, estamos en pie.


Además de dividir nuestro encuadre en izquierda y derecha cuando lo atraviesan entero, también nos guían la mirada de abajo a arriba, como cuando miramos un árbol o un edificio.

Líneas diagonales (o inclinadas)

Las cosas que caen o que van a caer están inclinadas, también cuando algo es lanzado su trayectoria inicial es diagonal y cuando corremos nuestro cuerpo se inclina ligeramente hacia delante, trazando una diagonal.


Por eso las líneas diagonales invitan a la acción y el movimiento. Otra cosa que transmiten es una dirección, con más poder que las horizontales o las verticales.

Es más fácil guiar la mirada a través de ellas porque son más visibles que las anteriores, ya que son menos naturales, casi todo nuestro mundo está dispuesto en horizontal y en vertical, casi todos los objetos que tienes a tu alrededor están compuestos de horizontales o verticales, por eso las líneas inclinadas llaman tanto nuestra atención.


Las líneas verticales contrastan mucho con los márgenes de nuestra fotografía, pues no son paralelas a ellos. Y si esta atraviesa todo nuestro encuadre no es que lo dividan, es que lo parten, da sensación de ruptura.

Líneas convergentes

Una variedad de las diagonales son las convergentes. Se trata de varias líneas inclinadas que apuntan hacia un mismo punto dentro o fuera de nuestro encuadre.

Imagina una carretera que se extiende delante tuya hacia el horizonte, estarás viendo al menos dos líneas convergentes, que serían los márgenes de la vía. Otro momento en el que podemos observar este tipo de líneas es en los edificios altos si los miramos desde el suelo, sus siluetas están compuestas de ellas.


Así que las líneas convergentes transmiten movimiento, acción y dirección, igual que las diagonales, pero también profundidad, altura o distancia.


Si estas líneas atraviesan todo el encuadre se convierten en diagonales, perdiendo en ocasiones la sensación de profundidad.

Líneas curvas

Nos encantan las curvas, a mi me gustan especialmente las de mi mujer 😉. Nos gustan porque están presentes en las cosas relacionadas con la naturaleza, los perfiles del terreno, las hojas, los animales, el cuerpo humano, sobre todo el femenino. Casi todo lo natural está "construido" a partir de líneas curvas. Las cosas suaves también se asocian a líneas curvas.


Por lo tanto en nuestras composiciones pueden expresar movimiento natural, feminidad, suavidad, también progresión por su aspecto de línea que va poco a poco cambiando su dirección.

Además de para dirigir la mirada de una manera más suave y progresiva en nuestras composiciones, podemos usarlas para "subrayar" o "enmarcar" otros elementos.


En caso de que atraviesen todo el encuadre, más que dividirlo o romperlo, servirían para enmarcar o encerrar zonas.

Líneas en "S"

Si ya nos gustaban las líneas curvas, las que tienen forma de "S" nos encantarán. Son una variación de la curva, de hecho es una doble curva con un cambio de dirección.


Nos transmiten lo mismo que las curvas pero de una forma más fluida, más sensual y más "amena".



Son mucho más femeninas que las curvas simples por razones obvias y son un aliado muy poderoso para que el espectador "pierda" el tiempo mirando durante más rato nuestra fotografía.